Un día cualquiera, al llegar a mi hogar en Santiago de Chile, reparo en este conjunto de elementos junto a un árbol. Al observar el severo orden en que fueron abandonados no dejo de meditar en quesolo una persona como Marcel Duchamp habría dado tanta importancia a este vidrio junto a los otros elementos en clara complicidad con ese majestuoso Gran Vidrio que alguna vez observé en la ciudad de Filadelfia en Estados Unidos. Claro está que esta versión reducida y modesta, en nada dista de esa bella puesta en escena museal.
A fin de cuentas el espacio público, lo cambia todo...