El Pequeño Gran Vidrio (II)

Un paseo por los alrededores de casa, en Santiago de Chile, me lleva a este feliz encuentro con estos dos vidrios. Los cuales están levemente adosados entre ellos y hacen de velo, entre la mirada del transeunte y el suelo que los soporta. Como ya he indicado, inmediatamente reparé en el GRAN VIDRIO y medito en como este PEQUEÑO GRAN VIDRIO, tiene algo del trabajo realizado por Duchamp. Aunque debo reconocer que los elementos narrativos en este pequeño gran vidrio han reemplazados por lo que estas dos láminas dejan ver, es decir; tierra y piedras. O en el mejor de los casos, suelo y acera. Casi como si se tratase de un juego de contención territorial entre estas dos materialidades... las cuales han sido atravesadas por estas dos transparencias, ahora, deterioradas por la mano del Hombre en pos de buscar en el azar de la trizadura algún vestigio de vida... 

Como un explorador que vuelve una y otra vez a los territorios desconocidos, he regresado a este lugar cerca de casa; para admirar en el dibujo de las trizaduras de este pequeño Gran Vidrio, la geometría del Caos.

El pequeño Gran Vidrio, (I)

Marcel Duchamp dedicó largos años de su tiempo como artista al "Gran Vidrio", en cierto sentido este trabajo diario en torno a esa obra se fue convirtiendo en la mejor manera de medir y al mismo tiempo, perder aquello que denominamos transcurso o vida ... casi como un juego infinito en donde a veces la meditación del artista se transformaba en desidia, desgano y contemplación; o viceversa. 

Hace un par de días atrás encontré cerca de mi hogar en Santiago de Chile, estos dos vidrios en la acera, completamente descalzados en su emplazamiento, el que hace a la vez de reposo entre entre la posible mirada y el suelo, áspero y duro.  Al tratar de acercarme reparo en este encuentro, en Duchamp y su taller, en lo privado de ese afán... Mientras estas dos transparencias parecieran desconocer el origen de mi curiosidad, centrada en la mirada y le registro fotográfico. 

El Monumento...

Toda escultura es un objeto, pero no todo objeto es una escultura. Todo monumento es una escultura, pero no toda escultura es un monumento. Los objetos, las esculturas, los monumentos; todos al unísono necesitan mantención y limpieza. Mas que pasa cuando un monumento se debe limpiar?, Cambia el sentido de su emplazamiento y el rito del acto conmemorativo?. 

Mientras medito en ello, observo en el centro cívico de la ciudad de Santiago este momento único en que un funcionario municipal limpia este monumento presidencial... casi como en un acto performatico por un instante me pareció ver el eterno juego de lo micro y lo macro en torno a la anatomía humana...