domingo, 2 de noviembre de 2014

Un día cualquiera, de mañana, caminando hacia un sector lejano a mi hogar, reparo en este vidrio que yace a un costado de la calle. Un "Gran Vidrio", acostado en la acera, de forma alargada y a la vez, delgada espera ser visto, sin ser reparado. Me sorprende su belleza y a la vez la humildad en que ha sido depositado por quien sabe quien...  Me pregunto si debo llevarlo conmigo hacia mi destino lejos de casa, o bien, dejarlo en su estado mortuorio para que los autos de la ciudad lo conviertan en mil pedazos. Mientras medito en ello, lo registro para recordar este encuentro...

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