domingo, 2 de noviembre de 2014

En Talca, de visita por algunas horas en junio pasado, me encuentro con este homenaje a MD, en donde para encontrar el urinario, es primero y prioritario abrir una de esta puertas, sin que la otra se abra para dar con la preciada pieza. Lugar que no admite ebrios, simplemente porque en la confusión de la embriaguez bien puede habitar la necedad de abrir una puerta por la otra, o algo peor, ambas a la vez y no conseguir el objetivo de visitar la preciada pieza imaginada por Marcel Duchamp hace ya casi un siglo atrás...

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